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SER HUMANO - NATURALEZA - COSMOS

 

NATURALEZA Y CIVILIZACIÓN

 

Un conflicto mortal y posibilidades de sobrevivir

El extrañamiento de la Humanidad - Condiciones para la curación

 

de Wolfgang Fischer

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Julius Robert Oppeheimer, físico e inventor de la bomba atómica, describe horrorizado por las masacres de Hiroshima y Nagasaki, como comenzaba a producirse una penetración sutil de las autoridades militares y sectores técnicos en la hasta entonces ciencia independiente. J.R Oppenheimer saca sus consecuencias personales de esa realidad y nos pone sobre aviso sobre esa cualidad mutante de las nuevas armas de destrucción masiva haciendo un intento de iniciar conversaciones de paz y trata de impedir el desarrollo de la bomba de hidrógeno.

Sin embargo, los acontecimientos históricos le superaron. En el año 1954, Oppenheimer fue llevado ante una comisión de energía atómica de los EEUU sospechoso de no ser lo suficientemente leal al gobierno de Norteamérica. A pesar de que Oppenheimer expone sus motivaciones éticas, se le desposee de la garantía de seguridad, lo que visto en términos prácticos, equivale a un agravio "vox populi". El conflicto de intereses entre el individuo y las instituciones estatales de una parte y el mantenimiento del desarrollo por otra, volvió a ponerse de manifiesto una vez más.

Hoy en día el entretejimiento de la economía, ciencia y poder como el estado y el ejército con las instituciones sociales directrices de la educación, como la iglesia, la enseñanza y la universidad salta a la vista de cualquiera. Pero la persona de la calle es apenas consciente de toda la magnitud real de este trasiego de intereses, empezando ya por todo aquello que le debería atraer de la vida comunitaria, hasta llegar al posible atractivo que debería sentir (desde la distancia) por el poder o el dinero. 

Entretanto, lo científico en la actualidad viene definido en sí mismo por la repetición de los intentos y las frecuencias estadísticas como prueba determinante. El caso individual no merece la menor atención y se desvanece a través de la "trama científica". Por eso sucede que la especificidad absoluta de la vida individual carece totalmente de importancia desde un punto de vista científico (incluso se pervierte conscientemente con la formación mental clonada que existe de facto). Pero por otro lado, la investigación científica se sumerge de tal manera hasta en el más mínimo detalle que la visión general del objeto investigado y de la meta a la que hay que llegar - es decir, la organización y la función de la Naturaleza como parte integrante comprensible y alcanzable - se pierden completamente como si de nebulosas se trataran.

Dado que nuestras representaciones metafísicas son mayormente irreales, nos desvanecemos fuera de todos los cubículos y dimensiones investigados sacudiéndonos toda responsabilidad personal. Sin cordón umbilical y sin una relación interna con las ilusiones omnipotentes, ignoramos nuestro propio encapsulamiento en la materia que estamos analizando (y entretanto e igualmente hasta en el más mínimo detalle, comenzamos a deformarnos de la misma manera que hoy nos está mostrando la práctica de la tecnología genética). Es indudable que nuestro comportamiento es suicida ya que somos nosotros voluntariamente los que nos encamamos con una idea de progreso ficticia sin tener en consideración ni nuestro origen ni nuestra identidad con la Naturaleza.  

Consecuencia directa es que todos los efectos que se originan y que nos llegan en micro- y macrocifras, que de alguna manera contribuimos a producir, y que se relacionan con el pensamiento humano y la forma de actuar de las personas, parecen que no nos afectan en absoluto.  Por ello son pocas las personas que intentan llegar hasta el origen de todos esos datos sociales de los que formamos parte fundamental y claro, muchísimo menos, se hace algo por cambiarlos. La realidad es que solo unos pocos se sienten partícipes del suceder cotidiano, y la restante mayoría piensa de sí misma que solo son observadores sufrientes sometidos a los avatares del destino. Y esta realidad ha cobrado pie en nuestro sistema de sociedad que por sí mismo no muestra ningún interés en indicar al individuo cuáles son sus posibilidades efectivas e incluso hacerle ver que pueden ser mucho más amplias, muy a pesar de que la Constitución Alemana en su Artículo 21 indica con claridad que ésta es una de las tareas de los partidos políticos.

En nuestros sistemas sociales se está sucediendo un proceso lento de desviación de intereses apenas perceptible que nos está apartando de una diversidad vital responsable al mismo tiempo que nos impregna un sinfín de simplezas irresponsables sobre afanes de poder e intereses comerciales. Este proceso potencialmente funesto se lleva a cabo para la mayor parte de las personas con tal lentitud que les impide sensibilizarse ante él. Su dinámica sumergida pasa a pie juntillas por la conciencia las personas que en su mayoría no llegan a sentir su presencia.

Esto a su vez se basa en que la conciencia humana reacciona según el reconocimiento sicosensual antes y más rápido a los cambios repentinos del suceder externo que aquellos que ocurren de forma lenta pero continuada en el tiempo. Los cambios de estímulos externos que se cumplimentan avanzando o subiendo distancias minúsculas se aproximan más a lo monótono, que bien nos es conocido que paraliza, que nos hace descuidados y nos fatiga.  Una monotonía dirigida específicamente crea estados crepusculares (hipnosis).

El estado de nuestro medio ambiente así como las circunstancias sociales de desolación sobre la Tierra nos demuestran que ya estamos sumergidos en un ámbito de internamiento crepuscular peligroso para nuestras vidas. Cierto es que después de cada catástrofe de importancia reaccionamos brevemente pero, seguidamente, la malinterpretamos asignándole casi siempre de forma inconsciente el nombre de algo que llamamos casualidad o mágico destino impuesto y así minimizamos irresponsablemente que el pensamiento y forma de actuar originarios del hombre perteneciente a un mundo industrializado es la fuente primaria causante de muchas de esas terribles catástrofes. 

Mientras que análisis recientes demuestran que la destrucción del sistema soviético se debió en gran medida a las consecuencias de los cambios medioambientales inducidos por él mismo, la mayor parte de los políticos de los países industrializados calla en alas de un sinsentido consumidor que está devorando las últimas fuentes y en alas de un idilio de libertad, (comercio y actuaciones) que solo sirven al capital como único fin.

Exigencias y objetivos de años ha en relación con los campos de la labor social integradora del capital, con el armamentismo o la ecología, que podrían estar al alcance de la mano, se están modificando en amenazas imaginarias porque mientras que para la ecología y las prestaciones sociales no hay dinero suficiente, los ejércitos que deberían proteger las fronteras nacionales, se están transformando en fuerzas de choque internacionales que cumplen el fin de asegurar la disponibilidad de las fuentes mundiales que necesita el mundo industrializado. Con una acrobacia de números imposible de entrever, contabilizada en las bolsas y transmitidas a todos en los servicios informativos de cada hora, se nos habla de movimientos técnicamente específicos que nos desvían de todo aquello que en realidad necesitamos, de aquello que nos aseguraría el desarrollo de una libertad natural y de una diversidad armonizada en la faz de la tierra. Ideas humanistas o afanes de desarrollo hacia un mayor sentir humano se ridiculizan o incluso se llegan a criminalizar con el asesinato político institucionalizado de los protagonistas que dirigen tales movimientos.

Las fuerzas de poder creadas por el mismo Hombre han intentado constantemente a lo largo de diferentes tramos de la Historia de la Humanidad el mantener (o incluso aumentar) con el miedo su influencia sobre el estado social en su conjunto según la época que se tratara... y siempre a costa de una pluralidad natural y vital. Hoy en día los aparatos burocráticos de Washington, Nueva York o Bruselas emiten pautas y normas que nada tienen que ver con las necesidades de una organización conjunta creadora de vida. A voz en grito y a través de sus medios, los políticos hablan de derechos humanos y exigen libertad y paz. Cómo contradicción evidente muchas economías en sus propios países se sostienen en un alto porcentaje por la fabricación de armamento así como en parte con el comercio de productos altamente destructivos. Y todo ello ha ocasionado un conflicto que destruyendo el proceso de equilibro social y ecológico del medio ambiente, amenaza la propia existencia de Globo Terráqueo.

Para hacernos posible una visión clara de la relación con esta línea de pensamiento y de comercio con el dilema de destrucción de fundamentos vitales importantes existencialmente que crece día a día en el mundo entero, vamos a intentar investigar y diagnosticar metasíquicamente el carácter desvitalizador y monótono de la dinámica vigente de los desplazamientos de intereses. Para poner al descubierto las motivaciones subyacentes es recomendable el reunir evidencias y extraer de ellas hechos ordenados y, con ellos como base, facilitar la asimilación de nuevas perspectivas.

 

I La Conciencia

La conciencia como función y organización cuerpo-espíritu integradas en cada ser humano representa un microcosmos individual de valores, imaginaciones y objetivos (Sistema Nervioso Central del Hombre, SNC)

II La Cultura - la Civilización

La cultura como función y organización integradas en las intercomunicaciones sociales representa un microcosmos social de valores, imaginaciones y objetivos.

III La Vida

La fuerza germinativa (vital) registrada en los cromosomas de los núcleos celulares en las plantas e igualmente del instinto posible por ello en los animales, representa una función vital y organización integradoras de un microcosmos biológico finamente sincronizado (ADN y SNC)

IV La Naturaleza

El concierto integrante de todos los elementos vivos o extinguidos orgánicamente, así como también de los inorgánicos, con los ciclos dinámicos del planeta Tierra como el clima, el tiempo etc., representa un microcosmos biológico.

V La Creatividad

El concierto y permuta de la luna en su recorrido alrededor de la Tierra, de la Tierra y las órbitas planetarias alrededor del Sol y el movimiento pendular del Sol alrededor de la planicie de nuestra galaxia, representa el macrocosmos astrónomo-astrológico en conexión con todas las demás interferencias intergalácticas, es decir lo que se llama Cielo, Nirvana, lo Divino según las diferentes religiones.

La Interferencia Absoluta de este macrocosmos se desarrolla en una oscilación básica biogeneradora de la vida.

VI La Evolución

El equilibro social ecológico dentro del macrocosmos biológico de la Naturaleza y su concordancia con la moderación regular dinámica de la oscilación básica biogeneradora, proporciona un desarrollo plural y saludable de la vida en nuestro planeta: la Evolución.

La salud parece así ser un concierto regulado libremente de los micro- y macrocosmos.

VII La Perturbación

El pasado y el presente vienen marcados por un cambio entre progresos positivos y aberraciones enfermizas. Ambas tendencias y posibilidades subsisten en el mismo tiempo y en una relación alterna en donde la fuerza de las aberraciones instauradas ha comenzado a dañar las posibilidades de consecución de equilibrios beneficiosos a escala mundial. Con ello existe el peligro de extinción total de una vida desarrollada en nuestro planeta que sea consecuencia directa de la propia vida.

La enfermedad y sus consecuencias directas aparece como una perturbación determinada por intereses ajenos del citado cambio de los cosmos descritos al que no se está poniendo ninguna traba.

VIII Causa - Efectos con consecuencias

Los eventos de la vida representan un desarrollo regulador de carácter cibernético. En el acaecer global de la Naturaleza se acentúa un desarrollo semejante en cuanto todos los procesos actuantes se interconexionan unos con otros a través de una dependencia interna (sentido). Prosperan y se limitan autorregulándose: nunca un árbol ha crecido hasta el cielo. En un desarrollo natural el valor nominal del movimiento regulador se corresponde con la preservación de procesos de equilibrio creativos de la biosfera y de la creciente complejidad, mientras que el valor real de un determinado momento del devenir de la historia viene especificado por la situación del mundo precisamente en ese momento justo. Para llegar a entender los procesos de equilibro dinámicos entre el valor real y el movimiento nominal hay que ser consciente del alcance de las propias regulaciones participantes en toda su dinámica dentro del proceso de acoplamiento en reacción.

IX Alcance de las regulaciones

En lo relativo al alcance de las regulaciones podemos diferenciar entre las prefijadas e invariables y las variables y manipulables. Como prefijada y que la misma vida hace invariable aparece la dinámica biogeneradora de los astros. Como variables y manipulables están el microcosmos individual y social al igual que el microcosmos biológico de donde son originarios los impulsos primitivos de todas y cada una de las técnicas intervinientes en los cimientos de la vida, como la tecnología genética, la atómica, forma y modo de la economía del mundo y muchas otras producidas única y exclusivamente por el microcosmos individual del cerebro humano. Impulsos que procedan de otros campos los tenemos que ver como reacciones a las acciones que emanan de la psique del homo. En este momento el Hombre es el único ser viviente de toda la Tierra que puede ejercer con intención una influencia efectiva en las esferas activas de su mundo, con lo que queda claro que es el único factor manipulador en el engranaje regulador de la atmósfera.

 

El mayor potencial perturbador nace de las naciones poderosas que cada vez más aumentan su influencia de forma universal. Mientras que el ser humano no sea capaz de reconocer el ordenamiento en todas las dimensiones y su organización cósmica como un conjunto y por ello permanezca maniatado para comportarse según sus leyes, seguirá corriendo el peligro una y otra vez de perturbar las interdependencias y desarrollos creativos existentes. Mientras prevalezca en su afán de orientarse hacia el poder y el dinero en la creencia que ahí está el desarrollo, precisamente en lo que ocasiona la desertización de la Tierra, está reteniendo movimientos positivos reales apoyando o fortaleciendo simultáneamente devenires enfermizos. La consecuencia es que se seguirá asombrando de forma espontánea de esos procesos destructivos de descarga que se suceden antes sus propios ojos ocasionados por esas energías que él mismo ha contribuido a almacenar.  

Todos los impulsos (perturbadores) del suceder descrito se cumplimentan dentro de los microcosmos citados entrando en contacto por ello con el macrocosmos de la Naturaleza. En este suceder todos los impulsos ejercen influencias recíprocas unos a otros con el solo objetivo de erradicar perturbaciones secundarias y en un intento de garantizar una participación diáfana en el juego de todos los jugadores. 

Cada impulso que modifica un orden o desorden existente es un impulso regulador o perturbador, pero su calidad solo debe ser medida en la dinámica prefijada del empuje básico biogenerativo de la creatividad en el sentido de la vida, y no precisamente en los intereses temporales cambiantes como la moda o el poder. Solo las previsiones del macrocosmos astronómico fijan los objetivos de los procesos de acoplamiento reactivos naturales sobre la base de las leyes físicas fundamentales.

Los sistemas de enjuiciamiento, medición, orden y direccionales humanos se nos muestran claramente como completamente subdesarrollados, orientados hacia intereses (extraños) vedados e inmaduros a la vista de nuestra situación vital en el mundo. El estado bio-social de nuestro planeta depende de la voluntad y la motivación de los seres humanos. Si deseamos un mundo en paz lo tenemos que conseguir todos con el esfuerzo de uno a uno.

La perturbación y la enfermedad del individuo vienen determinadas por una interrupción del contacto fructificante y de la reflexión retrospectiva dentro de los microcosmos que componen el macrocosmos biológico. La causa es la deficiente igualdad de cobertura entre los eventos genéticos y las realidades diversas de los microcosmos individuales y también sociales.

En la función corporal-espiritual y organización deficientes del individuo se demuestra ya el suo ser ‚incompleto'. Además el Hombre como especie no ha desarrollado el instinto de conservación de dicha especie o su afán social. Sus manipulaciones sobre el Globo Terráqueo conducen a desarmonizaciones e incompatibilidades dentro de los cosmos biológico y social. Procesos equilibrantes de la Naturaleza ocasionan enfermedades de tipo individual y también social con cuya ayuda la Naturaleza intenta protegerse de la fuente de peligro Hombre. Como ejemplos significativos podemos citar las epidemias sida y cáncer, otros ejemplos de tipo general son otras formas de enfermedad que se suelen titular como "accidentes", "mala suerte", "el destino" pudiéndose incluir también aquí las catástrofes climáticas y medioambientales. 

Las enfermedades sociales vienen identificadas por un contacto perturbado y vinculante en el interior de los órganos reguladores y estructurales y su relación viciada con los micro- y macrocosmos distorsionados de forma hiriente. La mayor parte de las acciones legislativas pasan de largo de la vida porque solo sirven a los intereses del poder y con ello están involucrando a la vida con virus, bacterias, constitución física debilitada, etc., y a la Naturaleza que, valiéndose de la ayuda de las catástrofes medioambientales - lo que está autorizado por la creatividad evolutiva - en las esferas humanas, para conseguir el objetivo de asegurar los lazos de unión de la especie homo sapiens con la familia evolutiva. Incluso el terrorismo que crece sobre la humillación y supresión sirve para el mismo fin de paz.

A la desintegración de la función cuerpo-espíritu en el individuo corresponde una estructura social dentro del ámbito social cuya cultura perjudica la salubridad de la naturaleza. Una consciencia enfermiza (locura, paranoia) lo mismo que una civilización errónea producen enfermedad, insatisfacción social y desequilibro ecológico y eso afecta a todas las dimensiones de la vida tanto en lo referente a las del cuerpo orgánico como a las energético-psychoanímicas. 

 

Se suele decir con frecuencia que el estado de desolación del proceso de equilibro desencadenado en la sociedad mundial contra los objetivos evolutivos no es más que un proceso de maduración. Aquí se ve con claridad que la cultura, por su naturaleza intrínseca,  solo puede ser modificada por medio de un proceso de maduración de la conciencia individual que persiga su saneamiento, pues la correspondiente realidad social solo puede surgir cuando exista en verdad una acción conjunta de los individuos humanos que la conforman.

Es evidente que en la Historia de la Humanidad, al menos desde la existencia del patriarcado - una forma social en la que todo lo nuevo solo podía surgir del hombre masculino - el grado de reconocimiento del poderoso era despreciativo hacia la vida porque el factor que ponía de cabeza a la Naturaleza impedía un desarrollo saludable sostenido del grado de maduración individual y social. Ninguna de las ideas que los poderosos han considerado como mundos individuales ha sido perseguida y criminalizada sin recato. El aparato del poder se comporta igual que un organismo que de forma alérgico-histérica combatiera a todas las célula extrañas que penetran en él, aislándolas y eliminándolas, pero poniendo con ello en peligro su propia vida.   

La conciencia enferma encarcelada de cada uno puede comportarse con respecto a las nuevas ideas de forma tan negativa como las instituciones constituidas dogmáticamente. La rigidez espiritual, muerte y enfermedad, revolución y guerra, son consecuencias de comportamientos ciegos obsesos de poder de una psique humana todavía inmadura en el sentido de la evolución social. Sin embargo, la evolución nunca se detiene.

Cuando estudiamos las relaciones entre el pensamiento y el comportamiento individuales dependiendo de la propia historia, es decir, cuando nos sentimos directamente afectados saliéndonos de la masa co-participante y nos comprometemos solidariamente, es cuando podemos poner en marcha procesos de aprendizaje con cuya ayuda se plasman otros procesos diferentes de desarrollo y maduración más inestorbados y más saludables.

Y eso causa también un efecto en la propia sociedad. Hechos históricos - sean conquistas o pérdidas catastróficas - se suceden siempre por medio de una acción aunada del pensamiento y del comportamiento de integrantes sociales específicos. No debemos perder la vista a este hecho. Cada autodisculpa, modificaciones posteriores en la trascripción de la Historia, la inculpación de chivos expiatorios o el idealizar, la elevación posterior a la categoría de héroe o el desprecio - Alejandro Magno fue bueno, Gengis Kan un mal general - solo hacen confundirnos, obnubilarnos la visión de procesos que están ahí para nuestro aprendizaje. Mientras sigamos adulando a asesinos, gángsteres y  explotadores, mientras sigamos incluso creyendo que sus actos contra la sociedad (= contra los tesoros de la Tierra y la Naturaleza) son "delitos de caballeros" y sigamos poniendo sus nombres a nuestras calles y fiestas mientras criminalizamos o incluso asesinamos a los reformadores porque creemos que dañan a los poderes establecidos, mientras todo eso suceda, no hacemos más que comportarnos contra nuestras posibilidades existentes. 

Pongamos un ejemplo en relación con la Naturaleza: en el devenir vivo de ésta - antes de la existencia del Hombre - la acción conjunta de todas la diversidad de especies podría clasificarse como una acracia en la que los espacios libres sin seres humanos, sin estructuras y sin instituciones estaban disponibles para cada especie específica con sus deseos o sus instintos. Nos podemos imaginar ese espacio como un océano morfo- psychogenético cuya potencia generativa descansa sobre el acontecer sin fisuras de los cosmos biológicos (ADN y SNC y NATURALEZA) y sobre el macrocosmos de los planetas. La ausencia de la dominación, de cualquier estructura e institución intentando mantener en pie ese mismo dominación - engendros del microcosmos individual todavía inmaduro (SNC humano) - proporcionaría un intercambio auténtico y armónico de los impulsos e informaciones de todos los cosmos. La conjunción voluntaria (sin intereses extraños y sin obstáculos) de las familias de especies en el juego comunitario perfectamente afinado, entre los afanes (de las plantas) y el comportamiento animal correcto instintivamente y del microcosmos de los cromosomas perfectamente organizados, garantizaría el funcionamiento de todas las vías circulatorias, redes y reglas sobre las que la Naturaleza se iría edificando a sí misma. 

O podría haber edificado hasta que el Hombre comenzó a modificar la Naturaleza atacándola hasta tal punto que hoy incluso intenta manipular sus estructuras genéticas y atómicas básicas para convertirlas en una especie de anti-natura que no parece ser compatible con la evolución desarrollada en millones de años por la propia Naturaleza. Esto oculta un potencial destructivo enorme. Semillas modificadas genéticamente no tendrán en las siguientes generaciones ninguna simiente germinativa más, el ingerir polen de maíz genéticamente transformado, que ya se cultiva y comercializa en los EEUU, mata la larva de la Mariposa Monarca y las consecuencias de la ingestión de estructuras genéticamente modificadas en los alimentos son desconocidas totalmente hasta el momento. Si los resultados de las investigaciones fueran negativos para la industria correspondiente, se impediría su publicación.

La especie Homo de las metrópolis del poder, excesivamente anquilosadas en sí mismas, tiene en su forma inmadura de vivir y en contra de todos los avances científicos obtenidos hasta el momento, no ha desarrollado en absoluto el sentido del suceder comunitario sobre el planeta tierra lo que se demuestra simplemente comprobando la ausencia total de instinto a la hora de explotar desenfrenadamente las disponibilidades vitales de la misma.

Sea sin confesión alguna o con ella, la mayoría de las personas 'civilizadas' piensan y actúan sin sentido religioso alguno, lo que quiere decir sin una relación destacada con las circunstancias y sin sentido retroactivo de los orígenes del Todo viviente. La libertad reclamada por los habitantes de las naciones dominantes se nos muestra así tanto en su resonancia como en su falta de responsabilidad, como un número jugado a una lotería ilusionante extraído de la Naturaleza que es contrario a la vida y que solo defiende intereses ajenos.

Pero puesto que todos nosotros formamos parte de la Naturaleza, tanto si lo deseamos como si no, esa especie de libertad genera cuando actúa contra la Naturaleza los procesos de equilibrio de esta última. Y entonces nos limitarnos a enjuiciarlos como golpes del destino porque no se llega a ver o reconocer una relación causa efecto.

 

Cómo reflexiones metafísicas las religiones de la Historia de la Humanidad nos suministran aclaraciones e intentos falsos de señalización existenciales. Suelen describir una dinámica irreal de la existencia vital con conceptos como karma, paraíso e infierno, temor a Dios y pecado, la gracia y el castigo de Dios. Lo que está claro es que todas han fracasado porque todos esos escenarios los medimos según el éxito del estado real de nuestro planeta. Los análisis futuros debieran por eso vencer sus paradigmas históricos y fijar más bien su vista en el causante real del devenir. Si nuestras reflexiones no recaen de nuevo en nosotros estamos desaprovechando la última oportunidad de declararnos a nosotros mismos como causantes.

Esa mirada siempre dirigida a Dios del presidente de los EEUU y otros dirigentes públicos mundiales tan frecuentemente acompañada de bellas palabras, no hace sino demostrar su vetustez y falsa santidad porque nos está impidiendo reconocer que la civilización formada por el patriarcado está ella misma induciendo una "obligatoriedad del equilibrio" por medio de su comportamiento  antagonista de lo natural y su propio sentido contranatura lo que irremediablemente derivará en una llamada a escena de las catástrofes humanitarias como la guerra, la pobreza social y el desastre ecológico.

¡El único sentido de las catástrofes de origen humano solo puede estar en la enseñanza que extraigamos de ellas, si deseamos sobrevivir! La única condición clara para eso es la disponibilidad para aprender y la disposición a asumir la responsabilidad del pasado y transplantar esa responsabilidad al presente. En nuestros días todavía muchas personas tienden, sea por falta de cultura o por privilegios financieros o políticos del poder conseguido, a delegar esa responsabilidad en dioses o autoridades políticas u otras instancias ilusionantes sustrayéndose a sí mismos su propia capacidad de aprendizaje y su propia posibilidad de modificar su vida o su comportamiento. El relegar la propia responsabilidad, sin embargo, produce solo un vacío en los cerebros cuya huella es bien visible y que obliga a rellenar los espacios desocupados con sueños ilusionantes que sirven de repuesto a la auténtica realidad, con ideas paranoicas motivadas por la adicción a la búsqueda de poder o más dinero que a todas luces impiden específicamente la evolución humana de la psique. Y así, poco a poco, vamos cayendo cada vez en catástrofes más destructivas.

 

Por encima de la forma de vida de la civilización extendida del hombre blanco continúa estando la frase de Descartes: "Cogito ergo sum" , "Pienso, luego existo". Domina nuestro pensamiento y comportamiento desde hace siglos. La humanidad 'civilizada' desarrolla su intelecto, apuesta por su entendimiento "superior al de los animales", amplía sus posibilidades técnicas hasta tal punto que está convirtiendo la marca de Caín del Génesis bíblico en una herramienta real que conduce a un holocausto global. Sin embargo la sensación y un sentir sensible en relación con la situación de cada uno dentro de la totalidad natural queda totalmente fuera del juego. La realidad de las interrelaciones del trasfondo y los compromisos lógicos ni siquiera intentamos tenerlos en cuenta. Nos encontramos todavía en ese viaje consagrado del guerrero solitario arcaico que desoyendo el llamamiento de integración de la especie humana dentro del sistema de la Naturaleza, coloca a la existencia humana en una alta torre por encima de toda vida pensando que la Naturaleza es peligrosa y todavía necesita perfeccionarse.

La madurez mental, o lo que es lo mismo la posibilidad de poder reconocer la igualdad de toda vida, se aleja así de la civilización. Se siguen mucho más aquellas ideas que desvían precisamente de tal igualdad siempre que nos proporcionen el mayor número de ventajas (ejemplo: la riqueza es una señal del favor de Dios, o que el asesinato de paganos garantiza un lugar en el cielo). Eso crea sombras en el terreno social y seduce conduciendo a una emulación en la que la vida se pone en juego.

En esta locura auto seductora y maravillados de la ética centralizada en el hombre, hemos desarrollado una forma de sociedad a lo largo de la historia con marchamo mundial que transforma la arrogancia asesina en una realidad política. Este trasfondo social tiene que ser reconocido para poder sacar la lección consiguiente. Será primeramente cuando reconozcamos la destrucción de la Naturaleza por la civilización moderna como hecho evidente y su contra-productividad en relación a las condiciones auto reguladoras y naturalmente creativas, cuando podremos finalizar con ese "destino" ominoso al que siempre endosamos la responsabilidad de nuestros problemas.

El contexto de destrucción y asocialidad adosados a la civilización moderna occidental solo es posible porque las agrupaciones portadoras socialmente de la ideología dominante se han desmoronado siendo esta última apoyada por los propios enfoques de dichas agrupaciones, (según Chomsky los intelectuales de hoy no pasan de ser "los sumos sacerdotes del sistema político dominante"). Lo mismo pasa con la clase médica (colegas de la industria farmacéutica y del establishment político-económico en vez de ponerse al lado de los pacientes), la jurídica (la fuerza de la riqueza está siempre más protegida que la debilidad del pobre), la intelectual (congelación de un idealismo del que podrían emanar nuevas perspectivas para el futuro del ser humano con la Naturaleza), los periodistas (noticias sensacionalistas apelando a los bajos instintos en vez de aclaración e información para los lectores), los políticos (caída en las tentaciones del poder y del dinero perdiendo totalmente la visión del encargo confiado por los electores olvidándose de mejorar su estándar de vida), los científicos (adquisición de conocimientos detallados y sus aplicaciones de una forma y modo que niega las correlaciones realmente importantes para la vida), los directores de empresa e industriales (el ir bien de la empresa está por encima del bienestar general), y cómo no, igual pasa con pedagogos, funcionarios y cualquiera otros responsables (que como todos actúan con frecuencia en contra de sus principios) sin olvidar a la curia de la religión que sea (que reconoce de antemano que son el representante de un poder construido a base de predicar contra el fomento de la tolerancia del hombre con la Naturaleza o bien a base personas que creían en otras cosas). Una mirada sin las anteojeras ideológicas nos deja ver que el suceder social de nuestro tiempo se lleva a cabo por la acción activa (y también participativa) de incontables seres humanos específicos que se han congregado bajo el escudo de la democracia, del progreso, de los derechos humanos, de la libertad arropándose después con una cultura consumista liberal.

La contra ideología del comunismo no era ni mucho menos mejor que la potente cultura consolidada del capital, pero no cabe duda de que al extinguirse ofreció a esta última una razón nada despreciable para extenderse mundialmente como única alternativa posible. Ahora la anticultura capitalista amenaza con arraigarse más con todas sus anomalías y sus mentiras autocomplacientes (la guerra de la OTAN contra Serbia se estilizó como reacción en bloque del mundo contra el malvado sin haber obtenido ni una sola legitimación de la opinión pública mundial - la espantosas tragedias del Asia Oriental o de África fueron olvidadas porque los países querellantes no eran interesantes económicamente). A largo plazo el culto del capital dañará la perdurabilidad de la diversidad de la vida en nuestro planeta.

Sin embargo ni la evolución ha llegado a su final ni el ser humano ha conseguido su madurez plena. Cada entumecimiento puede ser considerado como un aviso utilizable en los movimientos venideros. El capullo del gusano está germinando ya el destino de la ruptura y la mariposa acabará embelleciendo el paisaje.

 

La explosión apocalíptica con la que la Naturaleza intenta liberarse de los impedimentos y coacciones consecuencia de la civilización, puede evitarse. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de aportar algo a lo que será nuestra salvación: con un comportamiento abierto y sensible que se niegue al funcionamiento exigido día a día por la estructura social dominante sobre la base de un sentimiento de que cada uno está aludido directamente.

Dejémonos claro en primer lugar que el estado sin sentido actual en el mundo es principalmente un problema porque la disponibilidad para asumir responsabilidades es escasa. La responsabilidad se desvía hacia autoridades ajenas cuando los individuos son ciegos agresivos que tienen miedo a defender su propio intereses. La inmadurez humana y la falta de coraje civil demuestran pérdida de identidad al igual que el miedo como síntoma determina una carencia o minusvalía en el desarrollo de la autoestima. Intelectuales, escritores y publicistas están llamados a divulgar ampliamente estas circunstancias de forma comprensible entre la opinión pública.

En la pérdida del sentido de la seguridad propia o la sensación de que la identidad de uno mismo es débil subyace un sentimiento subjetivo de estar separado de algo fuerte, de algo autárquicamente propio. El desconocimiento del sentirse integrado en la Naturaleza - un punto de vista que alguna religión, también la cristiana, fomenta - solo produce miedo. Las evoluciones sociales, como últimamente viene practicando el capitalismo separando a las personas del lugar de sus medios de producción, han hecho enraizar esta situación. Cómo resultado final se ocasiona un extrañamiento absoluto de la persona consigo misma y con la Naturaleza promoviéndose una dependencia a mundos de repuesto (drogas, ambientes religiosos o políticos, dinero).

El extrañamiento supone una ruptura de la ligazón con el origen. El ser humano dominado  por el extrañamiento no reconoce a su propio yo y desconoce el Porqué y el Adónde. Su vida pierde la autenticidad y tiene la sensación de ser accesorio de todo. Las instancias religiosas pueden aparentarle una posible conexión con Dios mientras que el Estado le ofrece una noviazgo ilusorio con el orden y el desarrollo por lo que él les paga un tributo creyendo erróneamente que su alma está a salvo y cuidada con estos soportes. Pero lo peor es que ha renunciado a pensar por sí mismo y el vacío resultante arrastra consigo, junto a la pérdida de toda orientación, un miedo inevitable.

El miedo, surgido de tan profunda inseguridad, hace acomodaticio con respecto a todo aquello que pudiera significar una salida del pozo y uno en vez de moverse en los ambientes de una sociedad que se sabe perteneciente a la Naturaleza se nos arroja  en el ambiente generador de miedos en el que predominan las ideologías y las religiones dónde el temor nos induce a renegar de nuestra propia responsabilidad quedando a merced de poderes anónimos espurios.

Pero no solo responsabilidad, incluso partes de la vida se ceden a esos poderes en ese ámbito accesorial que nos hemos proporcionado en lugar de la Naturaleza. Como fantasmas sin vida alguna se culmina una venta de nuestra fuerza vital a estos poderes que en definitiva no representan absolutamente nada de nosotros mismos; las consecuencias que originan nuestro actos van a parar a instancias e instituciones sin rostro alguno como gobiernos, bancos, consorcios, la bolsa, a sus leyes y sus compromisos. Cierto es que los orígenes de cada individuo son los únicos que permanecen reales y las consecuencias surgen dando la impresión que nosotros no hacemos nada directamente en esa forma de evolución provocada por los poderes, fuerzas sociales y energías fallidas.

La relación confusa entre origen y consecuencia caracteriza nuestra realidad social hasta hoy. La venta a precios de saldo de la responsabilidad individual a las autoridades dominantes es un fenómeno extendido en todo el mundo, aunque permanezca oculta para cada uno,  que produce obligaciones con una gran incidencia que las personas finalmente acaban admitiendo como algo normal y estrechamente ligada a lo que se ha dado en llamar destino. Pero las obligaciones originan siempre una presión con querencia al equilibrio.

En primer lugar tenemos que ser conscientes de dichas obligaciones llegando hasta sus propias raíces, tenemos que aceptar y reconocer que nosotros hacemos también la Historia sea de forma activa o con una participación pasiva. Los seres humanos tienen que enterarse de una vez por todas que las obligaciones de hoy se fundamentan en planificaciones militaristas, en el saqueo orientado al consumo del planeta, en la economía mundial y que el aplazamiento de los problemas, que continúan así sin resolver, solo conduce al olvido precisamente de lo que produce la calamidad: la todavía latente inmadurez de la especie humana.

Podemos evitar ese final letal si somos capaces de huir con rapidez de esa nebulosa generalizada en la que estamos prisioneros. Si todos nos sentimos afectados individualmente y nos atrevemos a asumir la responsabilidad emanante de este sentir. Podemos considerar el proceso histórico en su conjunto como un proceso de experiencia propia pluridimensional y tan pronto como seamos capaces de quitarnos esas gafas coloreadas ideológicamente se nos mostrará la interdependencia entre el origen y las consecuencias porque aceptaremos nuestra propia responsabilidad humana conscientemente libres de papeles institucionales lo que, a su vez, nos facultará para aprender de la alegría y el sufrimiento justo en el momento que los experimentemos.

 

Será primero ese aprendizaje del sentimiento a primera vista desprovisto de dogmatismo lo que hará posible el encuentro con la propia identidad personal en donde podremos aceptar nuestra responsabilidad. La sensibilidad genera identidad. La implicación personal nos capacita para crear cambio.

Desde los comienzos de la Historia de la Humanidad cada persona tiene su identidad como germen, como anexo de la autoridad dentro de sí mismo. Ya hace tiempo que esa autoridad espera su liberación y expansión. En el transcurrir de todos los procesos de desarrollo históricos e individuales, la autoridad de las oscilaciones básicas biogenerativas de miles de millones de personas universales  "resplandece y resuena" y busca su resonancia en ellos. El objetivo es la madurez de cada ser humano responsable (persono = resonar) por todos los ámbitos del proceso de maduración general de la Humanidad.

Esta responsabilidad propia exige un alejamiento consecuente de toda autoridad ajena a la propia vida. Intrínsecamente contiene la negación a poner nuestra fuerza vital a disposición de instituciones y autoridades sociales cuyo comportamiento esté exclusivamente fundamentado en la ambición de poder o provecho material. Los disidentes en la antigua RDA nos pueden servir de ejemplo en este caso. Aunque su éxito fuera solo limitado debido a las estructuras del poder de la RFA - una señal para la necesidad de apoyar la poliarquía natural del macrocosmos biológico de la Naturaleza por medio de la consecución de un ámbito político libre de dichas estructuras políticas.

Porque ese ámbito político, al contrario de lo que se suele decir, no es una utopía de los más diversos movimientos "liberales" que se desmembran finalmente en un caos generalizado. Tampoco este caos está libre de todo tipo de instituciones reguladoras. Sus burocracias y centros de coordinación no buscan ya más, sin embargo, una vida propia afanada por el dominio, sino que sirven exclusivamente a objetivos de la regulación en interés de la mayoría. La aceptación de la responsabilidad personal en la escala más inferior lleva a que las estructuras reguladoras estén vigilantes y sean flexibles y que en sus consecuencias se vayan acoplando en el camino a las necesidades del todo global. Tampoco la función y organización de los representantes populares se mide con la vara del interés general si consideramos en qué cuantía fomentan un convivir fructífero del hombre con la Naturaleza. Lo primero a destacar sería su escasa sensibilidad respecto a la realidad, como es el caso actual, cuando deberían abandonar esa aptitud servil con los intereses particulares que les mantiene adheridos con persistencia a la riqueza y al poder.

En nuestros días un pensador o político realista puede ser solo clasificado como tal si dejara de estar prisionero de los paradigmas y comportamientos obsoletos y tuviera el valor de actuar según sus propias convicciones. Una persona así sería capaz de reconocer dónde se encuentra la salida de las estructuras políticas destructivas y contraproductivas actuales. Todavía es posible tomar las decisiones apropiadas entre las prioridades de la ecología y de la economía, entre vida y dominio en el sentido de la supervivencia planetaria desconectando la fuente de peligros que representa el Hombre, antes de que la propia dinámica cósmica dicte sentencia sobre las formas de vida humanas extendidas en el mundo entero.

La falta de orientación y la inutilidad de sus pautas de valores que caracteriza hoy a las naciones industrializadas, ha conducido a un fracaso del legislativo en todos los ámbitos afectados de la economía y la tecnología. Como resultado está el poder y seudo-responsabilidad del ejecutivo que ha sobrepasado todas las dimensiones imaginables. Simultáneamente el crecimiento del poder de las multinacionales con sus invisibles ramificaciones y acuerdos (iniciativas NAFTA, WTO)  ha degradado a los estados nacionales convirtiéndolos en sus marionetas con lo que los resultados de las elecciones carecen ya prácticamente de importancia. Los consorcios globales actúan sin ningún tipo de control democrático, muy al contrario: ellos mismos son quines controlan la política mundial. Una prueba evidente del fracaso de las viejas democracias.

La única garantía para remediar esta peligrosa falta de orientación está en un despertar del sentido de implicación del individuo junto con la negación activa con respecto al sistema político, así como un intercambio fructífero de ideas con personas que piensen y sientan lo mismo. Ahí es donde se consigue el ámbito en sí siempre ampliable de la claridad espiritual: discutiendo y haciendo realidad más tarde las leyes que se promulguen, los acuerdos internacionales, las ideas, las nuevas perspectivas que permitirán a la población mundial vivir pacíficamente dentro de un contexto de bienes proporcionados por la Naturaleza.

Cada idea podrá ser cuestionada y medida en el sentido del todo global. Se acabaron el encarcelamiento de las ideas fructíferas o su aniquilación por la Inquisición. Muy al contrario: especialmente deseadas son aquellas ideas que contravengan el viejo orden todavía vigente. La liberación del espíritu genera más espacio y nuevas ideas. Un intercambio de pensamientos generalizado posibilita la creación de movimientos y ajustes y asegura el intercambio de información necesario dentro del transcurrir funcional de los cosmos descritos anteriormente.

En un flujo semejante, sin bloqueos, atascos o polaridades de ningún tipo, se podrá oír la resonancia que discurrirá como resonancia vital personal e instantánea porque generará la confianza creciente de que el camino emprendido es el correcto confirmando así nuestra fe interna (que "puede mover montañas") ya liberada de premisas dogmáticas. No cabe duda que se generan imágenes que nos motivarán a dirigir nuestra voluntad y lo que nuestra voluntad puede conseguir en estas condiciones se sentirá como algo personal de los que nos responsabilizaremos. Esta sensibilidad asegura el acoplamiento auténtico y rápido de cada evento bendecido por la propia Naturaleza. Y solo sobre la base de dicho acoplamiento sensible puede tener lugar el proceso de aprendizaje cultural sobre la integración humana especifica en la misma.

Esta especie de estar ahí en el mundo hace desaparecer el miedo y crecer la tolerancia. Es la base de la confianza en la vida misma y nos traslada a un sosiego interno que siempre a irradiado en la existencia de todos aquellos que han sabido vivir en sintonía con la Naturaleza. Su efecto es que cuidaremos y atenderemos esa confianza original que emana del mundo y que se manifiesta en nuestros hijos que crecerán y madurarán con la total confianza en su fuero interno. Nuestras experiencias serán transmitidas personalmente y en concordancia con nosotros mimos. No les privaremos de nada ni tampoco los limitaremos. Dado su crecimiento en la sinceridad, veracidad y rectitud, en los adolescentes se mantendrá su confianza original en conexión con una capacidad de juicio sana, y en los adultos una sinceridad mantenida siempre como nueva. La vida curándose a sí misma. La especie humana alcanzará su tiempo de profecía cuando la Humanidad pueda vivir en paz con la Naturaleza. Será el final de toda adicción, asesinato y miseria.

Será también el final de una ética moral que induce a confusión, polarizada y permutante, una ética cuyos valores cambiantes fueron perjudiciales para unos y beneficiosos para otros. Una ética por ello muy engañosa que siempre ha acompañado a nuestra gran suerte de ser un ente humano desde las primeras tribus patriarcales pasando por las cámaras de tortura y guerras de las ideologías dogmáticas, hasta llegar al borde de la ruina. Tenemos al alcance el final de toda nostalgia, de ese sufrir hasta ahora solo glorificado (culto a la cruz, ¡sé duro contigo mismo!).

Es justo el momento de desarrollar una ética que sea honesta, diáfana para que todo valor pueda encontrar su sitio apropiado en el devenir conjunto. Es justo el momento de una ética revolucionaria que quede abierta a los nuevos impulsos e informaciones procedentes de los muy diversos ámbitos vitales y también de las fuentes de vida universales.

 

Para podernos imaginar exactamente estas fuentes vitales es necesario el reconocer y destapar la relación existente entre la dependencia normal de la imagen y la realidad del mundo. Al mismo tiempo hay que aclarar los nexos entre la psique (espíritu) y soma (cuerpo) para hacer transparente los orígenes y relaciones de todas las informaciones.

La masa y la energía son transformables una con la otra y viceversa. La teoría de ello la aclaró Einstein. La relación entre materia y energía viene determinada por el gran factor astronómico de la velocidad de la luz. Pero la luz no determina solo la relación de ambas sino también la transformación (mutación) de un ámbito en cualquier otro. De esa forma hace también el papel de interconector de ámbitos y con sus oscilaciones establece la unión entre materia y energía y garantiza la versatilidad de las dimensiones. Los fotones, que aparecen entre estas últimas, son portadores de información de una causa cósmica esencial. Sus informaciones aseguran la cohesión y la fusión de todos los órdenes y magnitudes polares en camino a través de la historia de las galaxias.

La normalidad del ejemplo físico puede promover a reflexiones trascendentes más allá de las conexiones entre las dimensiones de lo corporal y lo espiritual. Desde las ciencias del espíritu aparecen el logos, la fuerza de las ideas, imaginaciones o también visiones del mundo como una totalidad, como portadores de información entre todos los ámbitos. El logos es el que determina la realización material, social y cultural de aquello que está presente en el espíritu. Y cada nueva realidad conseguida suministra una y otra vez nuevas informaciones al entorno espiritual.

Pero es primero cuando vemos la realidad tal como ella es y no como nos enseñan a pensar que es (con la cultura, la religión, ideología, representación científica, etc.) cuando tenemos una oportunidad de obtener informaciones auténticas sobre nuestro mundo. Y es precisamente la información auténtica la que genera las motivaciones y comportamientos que están acompasados con las exigencias naturales. 

Lo dulce sabe dulce y lo amargo, amargo, mientras sea que no arrastremos una imagen falsa de lo que es dulce o amargo. Cuando se consigue la concordancia entre imagen y realidad es cuando se evitan las discordancias en nuestra conciencia que hacen acto de presencia si tenemos imágenes inmateriales aceptadas como reales muy a pesar de que no concuerden (lo amargo como dulce a pesar de que no nos gusta). Es primero identidad de imagen y realidad lo que otorga la concordancia y es en primer lugar también cuando existe una concordancia entre las imaginaciones vitales y las condiciones prefijadas por la Naturaleza cuando se certifica la autenticidad del Hombre y la Vida. 

Por lo tanto dejemos ya de creer que es un demonio o cualquier otra fuerza sobrenatural lo que ejerce una influencia engañosa, falsa, seductora o confusa sobre los seres humanos, no, es el Hombre mismo el que se ha convertido en fuente de sus ilusiones e informaciones erróneas.

Y todo porque generación tras generación un espíritu temporal inmaduro o también patológico es el que está obligado a impregnar al espíritu comunitario joven que le sucede impidiendo así la autonomía del sucesor, manteniendo así su dependencia con lo precedente. La dependencia solo genera miedo a perder algo o todo. El miedo a perder genera el ansia de poder y sus derivados, la adicción al sometimiento. Poder y sumisión son las fuentes de toda destrucción.

La vida y la naturaleza son uno, creadores en su universalidad, sin valores artificiales incrustados. Cualquier impedimento dogmático de la experiencia vital y del proceso de aprendizaje que descansa sobre ella conduce solo a la destrucción del mundo material o cultural y por lo mismo a pensar que la locura es normal y a considerar como repuesto la permutación de la realidad. Sin embargo, cuando la mirada sobre la vida se hace tal como es ella, sin ideología que la nuble, cada experiencia vital puede sernos útil promoviendo nuestra autoridad. Tan pronto como la tradición finalizase con la imposición de introducir su seudo-realidad que niega la vida y sus estructuras de la dominación que dividen en el proceso educativo de los niños, se podrá recobrar el sentido auténtico de la verdad y el circuito fatídico de la destrucción y violencia, que hasta el día de hoy lo impregna la Historia de la Humanidad, quedará interrumpido.

 

Ahora es cuando las tesis de Popper sobre la corrección de los errores empiezan a jugar un papel, porque la corrección de errores postulada por Popper solo funciona en dirección de una evolución social del oyente y en un mundo mejor para todos los participantes cuando la posibilidad de reconocimiento no está estorbada / impedida por la adicción a las ganancias o la avaricia del poder o, también, por un sentido de rigidez dogmática y cuando el status quo se puede cuestionar realmente.

Para el mecanismo correccional de errores típico del sistema es un problema el potencial que el proceso evolutivo ha creado: la libertad humana de ver o de cerrar los ojos.

El mecanismo correccional de errores típico del sistema funciona solamente cuando el sensor no sea manipulado o desconectado, el órgano sensitivo no se encuentre sordo, ciego o confundido de alguna otra manera. Justo a este respecto es donde debemos poner más atención, pues nuestro órgano sensor se encuentra en la actual sociedad de cuño neolibreal-capitalista y generadora de violencia al menos en estado de trance, si no ya desconectado. El mecanismo automático de correcciones asignado al sistema fracasa: a pesar de que vemos y experimentamos los daños causados por el sistema económico mundial controlado por el OMC (organización mundial del comercio), permanecemos inmovilizados como el conejo hipnotizado por la serpiente, de modo que tampoco reaccionamos con los instrumentos alternativos económicos de que disponemos.

¡Caso que nuestras sociedades fueran efectivamente democráticas, abiertas y libres, tendría lugar una compensación constante de los peligrosos factores potenciales por medio de todo tipo de alternativas! Y sin embargo el sistema de los intereses de unos pocos organizado totalitariamente contra los intereses de la mayoría es rígido y letal, impide todo tipo de desarrollo social cualitativo y, por ende, un mundo mejor para todos los implicados.

La violencia real asegura el abotinamiento de los recursos naturales disponibles para las próximas generaciones, mientras que la manipulación mental por medio de los medios de comunicación afines impide el reconocimiento de estos y otros peligros y de la amplia oposición que habría de ser el comienzo de una corrección necesaria.

 

Para dirigirnos a una espiritualidad práctica y una religión vital natural, nuestras reflexiones tienen que tener en cuenta el aspecto íntegro de la vida sobre la Tierra y anteponer las exigencias biológicas de una Naturaleza sana a las aspiraciones humanas.

La espiritualidad en concordancia con la Naturaleza se caracteriza porque la realidad vital en las estructuras del sistema nervioso central se conciben en su totalidad y sin falsedades. Los ámbitos vitales tanto físico como psíquico pueden trascender en experiencias de trance o mediáticas en las que la resonancia con la vida es experimentable individualmente. Para muchos pueblos naturalistas era eso de general conocimiento hasta que el hombre blanco los acusó de bárbaros y abusó de ellos para explotarlos.

Con una experiencia en trance la vida es vista en una estructura integral que no es posible entender solo con la ratio. En el concierto conjunto arcaico del individuo con el cosmos, libre de la violencia y del dominio, se consigue un fluyo de pensamiento auténtico (inteligencia emocional) que hace posible la manifestación de una evolución continuada. Un ejemplo biológico de la creatividad profunda de un evento de trance es el amor y la cópula sexual completada conscientemente con toda parsimonia - lejos de una simple satisfacción del instinto sexual.  

 

Y así se muestra el proceso de maduración natural del ser humano:

Tras el período de maduración programado por la Naturaleza en el vientre de la madre, los neonatos son recibidos en el mundo amablemente. La separación corporal de la madre experimentada en el nacimiento no se cristaliza en el doloroso sentimiento de encontrarse perdido, sólo y desamparado con sus fatales consecuencias (la represión síquica y las reacciones a esa represión) pues los "llevados en brazos" permanecen en amoroso contacto íntimo con el padre y con la madre. Las primeras fisuras de la energía vital se evitan de este modo por medio de un contacto corporal ininterrumpido que sella el sentimiento de pertenencia conjunta, el cual, a fin de cuentas, se despliega en una sana inclinación social. En una atmósfera de aprendizaje aunada puede continuar desarrollándose su confianza innata. El vacío mental de los neonatos se llena con representaciones verdaderas y por ello con sentido y orden. Los conocimientos que van adquiriendo más adelante con el aprendizaje de las experiencias prácticas no es teorético sino que está extraído de la propia realidad vital.

Este proceso de aprendizaje está libre de inseguridades tal como hoy se producen por medio de la discrepancia entre la realidad y las imaginaciones permitidas por la ideología dominante; por eso el neonato no desarrolla ninguna división síquica, ningún miedo o adicción. Tampoco está disponible la reacción a esos miedos y adicciones - en tanto que extendida en las obligaciones surgentes como repuesto de la realidad en nuestra actual cultura del miedo - de forma debida en aquella sociedad que vive en concordancia con la Naturaleza.

Cada filosofía del poder puede considerarse en su coacción de supervivencia y expansión de su esfera de influencia como una recolección de ideas fijas valorables de forma subjetiva en lo referente a sí mismas y en todo aquello externo a ellas. El interés exclusivo por el poder o por el dinero genera en sí ideologías enemigas de la vida que falsean la realidad negando hechos o relaciones relevantes en tanto que los someten a castigo o los ridiculizan. Tales ideas fijadas dogmáticamente atrasan la evolución como consecuencia directa conjurándose así para la destrucción precisamente de aquellas fuerzas que ellas mismas utilizaban o expandían.

También el psicoanálisis clásico no ha conseguido superar hasta hoy los impedimentos principales que obstaculizan el camino hacia el reconocimiento de estas relaciones. Él mismo sometido a las estructuras de poder sociales dominantes les ofrece sendas que facilitan su aceptación, pero nunca aquellas que harían posible su superación. El psicoanálisis parte hasta el día de hoy de ramificaciones (como si de un instinto original dividido se tratara) y descuida con ello la realidad de instinto vital creador puro y llano, cuyo impedimento y error es responsable (a causas de las condiciones sociales contra natura) del despertar de fuerzas instintivas causantes de las sombras.

La supervivencia de la vida está ligada de forma natural a una creatividad limpia que viene garantizada en un bio-sistema de la auto-referencia para uso exclusivo de la vida (como ampliación y cumplimentación de los sistemas ideológicos y sus referencias propias). En este arca es donde el Hombre está llamado a su resonancia con el mundo si desea gozar de un futuro. Solo la filosofía de un derecho a la vida universal, envolvente de todo y completo en concordancia con las normas autorizadas por la Naturaleza, garantiza una mayor expansión de la vida. A través de su responsabilidad conscientemente propia se continúa desarrollando la idea transportada.

 

Nuestra imagen del mundo genera la realidad de ese mundo

Partiendo de una conciencia responsable se ramifica la sociedad mundial en los cuerpos del mundo "GAIA" y se asegura en su consciencia propia un convivir creativo por y para todos los órganos y sistemas de la Naturaleza sobre la faz de la Tierra. Dioses, semidioses, demonios, seres malignos y otras imágenes y figuras mitológicas procedentes del caos informativo de nuestra conciencia de sombras se disuelven dado que les dejamos de otorgar responsabilidad y apoyo vital. Sus fechorías oscuras y destructivas finalizan. El cosmos del cielo cerebral humano queda iluminado hasta en su más exigua cavidad. La luz de la creatividad anega las neuronas de nuestros hemisferios cerebrales y su fuerza ordenadora creativa puede ser la escala de medir el orden político del futuro.

Con esa escala de medir se garantiza la vida individual - desde las vías del Sistema Nervioso Central hasta las estructuras del ADN - la maduración del Hombre autónomo y auténtico. Sentido y meta de la evolución es el mantenimiento, desarrollo y mayor perfeccionamiento de las estructuras biológicas heredadas del Universo ADN. El sentido y meta de la vida humana están por eso en la conformación de su psique y en su cultura (en la dimensión social de la sociedad). Todas las representaciones donantes de cultura deberían concordar con las tareas genéticas del objetivo evolutivo.

Las calidades destructivas de la vida descansan en el pensamiento dentro de las limitaciones mentales de las ideologías falsas y contradictorias. Las religiones que postulan por seres (buenos o malos), por mundos dominados por dioses o demonios fuera de la esfera humana solo traen consigo una polarización generadora de miedos tanto en mundos estáticos bondadosos como malignos que está fuera de la realidad. Incluso ya la fijación de lo que es "bueno" o "malo" contiene intrínsecamente una valoración de prioridades dimensionarias ilusorias en lo concerniente a las consecuencias absolutamente reales que uno mismo se otorga. La valoración se convierte en un fin en sí mismo que mantiene viva la polaridad monomaniática y por tanto impide su superación.

La confrontación a la que apela el pensamiento del "blanco-negro" y "o esto o aquello"  no hace sino alimentar nuestros miedos y ocasiona desconfianza y rechazo. Desconfianza y rechazo solo conducen, tras pasar por la inseguridad y el error, al sin sentido. El sin sentido y la mentira anquilosan firmemente la realidad demencial de la injusticia y en el contexto de esta injusticia y de la falta de orientación no se podrá superar nunca más como tal la realidad vital específica que tanto en el plano individual como social se verá empujada a convertirse en REPUESTO.

Pueblos que vivían estrechamente ligados a la Naturaleza fueron siempre conscientes de la importancia de su comportamiento porque ello era indispensable para su supervivencia, para aprender a convivir de forma productiva con los bienes de la Naturaleza sacando provecho de la superabundancia de dicha Naturaleza. La conexión de la religión con la Naturaleza fue sin embargo destruida por un sistema social que no reconocía la unión de los opuestos, el equilibrio dinámico - Yin/Yang y otros símbolos de la sabiduría indígena - de las fuerzas contrarias complementarias y proporcionales como fuente de la fuerza creadora. Esta mentalidad no reconocía la Naturaleza como seno materno de la vida (matriarcado, mater-arché = emanante de la madre) sino otorgaba al hombre con el patriarcado la posición del actor y dominador poderoso - un hecho que encauzó históricamente el traslado de la superabundancia a la escasez, de la vida al repuesto de esa misma vida y que todavía produce la política obscena de hoy.

El ascenso del principio masculino se desarrolló mano a mano con la creación de instituciones antinaturales con las consecuencias de extrañamiento que se han detallado. De esta manera el extrañamiento hacia la Naturaleza fue sistemáticamente fomentado por los poderes dominantes en su propio beneficio. Los efectos emanantes de este proceso histórico fueron: crecimiento de monoteísmo, surgimiento de la política como asunto que solo afecta al hombre masculino, cristianización de tribus y pueblos, la caza de supuestas brujas (discriminación de la mujer), el descubrimiento del dinero con sus intereses e intereses acumulados, la colonización, el menosprecio de la actividad agrícola y en nuestros días la globalización, tal como la entienden las empresas multinacionales y sus formas de actuar y los gobiernos de los países industrializados.

La represión creciente de  la autonomía individual es comprobable por sus huellas ya que con hechos puntuales se han ido marcando a todo lo largo de la Historia de la Humanidad y quien hoy en día todavía afirme que todo ha sido para mejorar olvida deliberadamente las consecuencias devastadoras de la industrialización. Han sido erradicadas un sin fin de especies de la superficie terráquea y para las generaciones futuras es evidente la amenaza del envenenamiento químico de la atmósfera, el agua potable y los productos alimenticios por los daños causados por rayos procedentes de la tecnología atómica y por otras consecuencias nocivas todavía desconocidas que puede ocasionar la tecnología genética.

Lo único que hoy nos puede salvar es la comunicación abierta entre todos los afectados por la situación, personas, gobiernos y multinacionales, así como un intercambio activo entre los integrantes de las diferentes sociedades incluyendo a sus científicos y sociólogos. Solo con un  cuestionamiento de los temarios políticos y religiosos, así como de los propios pensamientos y pautas de comportamiento se podrán poner en evidencia los errores, equivocaciones y falsas doctrinas sobre lo que todo descansa.

Tan solo una cierta sensibilidad espiritual y puesta en marcha conseguirán vencer a esas imágenes fantásticas que anidan en muchas cabezas logrando que sean sustituidas por ideas auténticas y racionales. Imágenes fantásticas como que Dios arrojó del Paraíso del ser humano, que el matar a un pagano es obtener la llave del Paraíso, que la riqueza es una señal de la bondad divina o que la desgracia y la enfermedad son las consecuencias necesarias de una vida individual ya pasada, etc. etc.

El proceso de saneamiento a nivel mundial pasa por una necesidad creciente de reducir los efectos de la injusticia social creada por la fuerza explosiva del sistema estableciendo mecanismos para una distribución justa de la riqueza material acumulada por unos pocos a través de generaciones. Otro síntoma de este proceso es la conciencia creciente de que un ambiente social satisfactorio es la condición indispensable para un establecimiento de la confianza, autoestima y tolerancia que a su vez desembocan en una convivencia pacífica.

Una orientación psíquica general en concordancia con el ordenamiento natural de la vida y que así lo refleje es indispensable para la salud del individuo como también para la paz del mundo. Los seres humanos olvidarán sus obsesiones de poder o ambición de dinero y también su adicción al mal llamado "progreso" al precio que sea, concentrándose en las necesidades emanantes de la vida de las que adquirirán conciencia por propia deducción y que vienen reflejadas en un entendimiento sensible relacionado con la supervivencia. Dado que tenemos que vivir en una comunidad global tenemos que cuidar con nuestra responsabilidad personal que nuestros órganos sociales, gobiernos y ministerios se pongan al servicio real del ordenamiento vital natural.

Será de esta manera como los elementos destructivos y agresivos de la existencia humana podrán ser domesticados y transformados. Tras siglos de búsqueda espasmódica (adicción) podremos poner en marcha de una vez un poder ordenador curativo que en concordancia con la Naturaleza nos posibilite un futuro satisfactorio y abierto.

En la conciencia de esta fuerza generadora se desarrollará la investigación científica de acuerdo con lo que es un progreso real del Hombre. La absolutización de determinados asuntos secundarios y su expoliación indiscriminada para la cumplimentación de los intereses de unos poco a costa de la mayoría pertenecerá, por fin, al pasado.

En el contexto del Todo unido será posible transformar la tecnología, los sistemas sociales y las enseñanzas filosóficas para que se ajusten a las normas y devenir de la Naturaleza. Los ciclos globales y naturales se mantendrán porque de su funcionamiento y organización depende la evolución posterior de la misma vida. No puede caber ninguna duda, el ser humano se siente en su casa solo cuando vive en su mundo natural.

La investigación sensibilizada de las dimensiones vitales, como por ejemplo el desciframiento del lenguaje de seres que viven junto a nosotros como los delfines y ballenas, que hasta ahora solo han servido como fuente de ingresos comerciales, nos puede enseñar mucho de los cánones cooperativistas con los que se rige la vida comunitaria de ellos. Será primero cuando el hombre se convierta en un impulsor concienciado y humanista de la vida en su propio planeta, cuando podría estar en disposición de comunicarse con otras formas de vida del Universo con un carácter constructivo. Solo entonces sería beneficioso orientarse en el infinito de los mundos desconocidos con el propósito de transmitir a las estrellas nuestra cultura, convertida a la paz, como embajada de alegría. 

 

La especia humana puede conseguir su lugar permanente en el concierto de la evolución. El motivo conductor ofertado dentro de la sinfonía de la vida se ha convertido en un asunto independiente de cada grupo de instrumentos. Las variaciones más diversas de ese motivo creativo inspiran a los más virtuosos solistas y también a muchos de los oyentes del patio de butacas presentes que llevarán juntos a cabo numerosas aplicaciones felices. Consecuencia de esta alegría orgiástica es que esa orquesta siempre dispondrá de un elenco de músicos cada vez más ricos en sus facultades con la consiguiente mejora del sonido, la armonía y el éctasis que se escuche de sus notas, la mejora del propio status de la existencia y de la consistencia de la totalidad de todos los conjuntos orquestales que puedan existir.

amo ergo sum - amo, luego existo

Conseguir una comunidad orquestada de todos los que vivimos es tarea ineludible de todos y cada uno de nosotros y, también, la única oportunidad que nos queda.

 

 

Cuando las cifras y las formas
dejen de ser la llave de las criaturas,
cuando éstas canten o besen
más que los eruditos saben,
cuando recuperen la libertad
y en el mundo retorne el dar,
cuando la oscuridad y la luz
se conviertan en esplendor real,
y los cuentos y poesías
hablen de historias de vida eterna,
solo entonces,
la palabra secreta
anunciando al nuevo Ente nacido.

Novalis (1772-1801) "Canciones espirituales"

 

El estado del amor es fuerza. Este estado no conoce carencias, faltas o límites.
El estado del amor es potencia. Todo es en él posible, excepto el odio y la violencia.
El estado del amor es irradiación. Está en todas las cosas y entre todas las cosas.
El estado del amor es alegría, una gran felicidad, la serena felicidad de existir.
El estado del amor es apertura, un paradójico estár en sí y más allá de sí mismo. Otros lo llaman éxtasis, el levantamiento de la linde entre el hombre y el mundo.
El estado del amor el de la abundancia, el ser poderoso, mágico o magnético de todas las cosas, la atracción de todas las cosas.
El estado del amor es un mirar y un admirarse, es existir.
El estado del amor es la capacidad y la ciencia, el sentido, un saber universal, nuestro sexto sentido.
El estado del amor es el auténtico estado natural y simultáneamente lo mejor de la civilización.
El estado del amor es el estado divino, encontrarse eternamente ileso y alegre (la santidad).
El estado del amor un sentimiento erótico de la vida. Energía que anega el cuerpo, el cuerpo que se encuentra unido al mundo, su sensualidad, su memoria, sus ritmos y espacios, el cosmos.

El estado del amor es el estado de un orden diferente en el que se muestra una naturaleza completamente diferente. Algo sucede que pudiera nombrarse como un ser atraído por él. La naturaleza se muestra entonces como un sujeto autónomo, esto es, que acepta sin someterse. Así se conoce que el hombre no es el único que de alguna manera "piensa", "ama", "actúa" y "es". Este conocimiento de la naturaleza no ha sido intencionado, sino que ha sucedido de un modo autónomo. El acontecimiento muestra en qué tremendo grado es impropio nuestro concepto de la Naturaleza, hasta qué absurdo punto es reduccionista, falso y contraproducente. No estamos en absoluto aunados a las posibilidades que ofrece la naturaleza y tampoco estamos a su altura. La experta naturaleza puede ser así pues el criterio de la revisión y de la apertura que nuestro concepto de la naturaleza misma requiere urgentemente. Las consecuencias en relación a nuestra concepción de la ciencia y nuestra cultura, esto es, el modo en el que la sociedad actúa frente a la naturaleza tanto exterior como interior, serían entonces insospechadas.

Claudia von Werlhof

La fuente sellada de la paz por Willi Maurer (documento pdf)

 

 (versión inglés) (versión alemana)


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